Adoro los jueviernes, son el mejor invento del mundo. Llegar al trabajo sabiendo que por delante te esperan tres días de desconexión y olvido es absolutamente maravilloso. Saber, además, que tus compañeros no van a disfrutar de semejante privilegio lo hace casi mejor (sí, no es una actitud de buena persona, pero es imposible no sentirlo).
No he encontrado ninguna canción que hable de los jueviernes (aunque seguro que las hay), pero el Invierano de Phineas y Ferb sirve casi igual de bien.